jueves, 14 de octubre de 2010

Árboles.

Las funciones de la copa de un árbol son diversas y variopintas. Por ejemplo, hay quienes las utilizan para escapar de casa por las madrugadas, o para tejer nidos como los pájaros. Hay quien se cuelga de piernas desde sus ramas, y quien se sube sólo para tener una excusa para llamar a los bomberos y sentirse menos solos. Hay quien asalta una tienda y se esconde entre el follaje, y está también quien hace un nudo a una rama, se ata otro nudo al cuello, y da un brinco para formar la fruta más triste que ha colgado de un árbol.

Los troncos, ni se diga, también cumplen funciones importantes: Hay quienes se encadenan a ellos, y hay quien los abraza; hay aquellos que graban sus iniciales en sus cortezas, y quienes chocan con ellos cuando están distraídos; hay quienes les encajan un hacha, y quienes se rascan la espalda con sus nudos. Yo me cuento entre estos últimos.

Las funciones de las raíces, por otro lado, gozan de mala fama: se puede resumir todo en que provocan tropezones y forman asientos harto incómodos. Sin embargo, no hay mejor ni más viva sombra que la que nos rodea cuando estiramos los brazos entre las raíces de los árboles. Cuando se puede.

En fin, que los árboles son hombres barbudos o mujeres con peluca que sirven para demasiadas cosas. Sin duda alguna, la mejor de ellas es que los árboles son el mejor sitio para matar las tardes cuando estoy (o no) contigo.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Hace un rato que encontre este blog, sí, te sigo desde hace tiempo tengo que admitir que quede fascinada con Marlboro rojos.
No tengo nada que aportar aqui y no quiero sonar a fanática ni tampoco te adulo para causar molestastías. El término suena trillado pero me Declaro Admiradora de Mecanografías y cronopio28 y pues también de Humberto Peña.
Y bueno te falto agregar que los árboles son mal usados para pegar chicles y por lo mismo bacterias!

Humberto Peña dijo...

Merci, madame.

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