miércoles, 27 de enero de 2010

Sentadito me veo más bonito.

Soy mundialmente reconocido por ser un mal bailarín.

Instructores rusos de ballet usan videos de mi ser bailando como mal ejemplo para sus alumnos (dicen las malas lenguas que también los utilizan como castigos).

Anualmente se hace algún referéndum en mi país para que me se aplique la pena de muerte. Por fortuna (para los catatónicos, a quienes les simpatizo demasiado), Derechos Humanos siempre sale a mi defensa. Estos buenos chicos se encargan de recordarle a mi nación que, aunque baile como pingüino en primavera, todavía soy humano.

En realidad, la violencia que se ha sucitado en los últimos años en torno al narcotráfico es sólo una excusa (una pantalla de humo, si se quiere) para que "accidentalmente" una "bala perdida" me deje tirado en una acera, o, de perdida, tetrapléjico.


Pero a ella le gustó malbailar conmigo.

Y ya me ganó con eso.

domingo, 3 de enero de 2010