sábado, 28 de marzo de 2009

Marcial Alejandro

Nosotros platicábamos y reíamos; y su silla era la que estaba más cerca de la puerta del baño de hombres. Marcial hablaba y nos contaba alguna tontería; pero de repente se quedó callado. "Está ocupado" le dijo al muchacho que se disponía a entrar por la puerta con la cortina azul. El muchacho dijo "Oh" y regresó a su mesa. Marcial nos siguió platicando como si nada.

Quince minutos después llegó un señor con las mismas intenciones. Marcial interrumpió el monólogo de Rafa Mendoza para decirle al recién llegado: "Está ocupado".

De cuando en cuando llegaban parejas, o algún nostálgico solitario, para felicitarlo por el concierto. Él les agradecía, les daba la mano, les firmaba el disco, se prestaba para la foto; pero cuando alguno se acercaba a la puerta del baño, Marcial levantaba la mano, palma abierta, y repetía: "Está ocupado".

Los hombres empezaron a hacer fila, pero nosotros seguíamos platicando tan tranquilos. De cuando en cuando alguien se acercaba y tocaba la puerta para que, quien fuera que estuviese dentro, se apurara.

De pronto, Marcial se levantó de la silla, se limpió las migajas que le cayeron en el pantalón, y entró al baño. Todos nos quedamos mudos escuchando caer hasta la última gota. Marcial salió y se volvió a sentar con nosotros, como si nada.




El domingo pasado se murió Marcial Alejandro.

El primer cuento que se publicó en este blog se lo escribí a él hace unos dos años; y el día de hoy, el shuffle tan culero del itunes me puso una canción suya.

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