domingo, 21 de octubre de 2007

Neurosis (plática de frente)

¿Estás cómodo? Deberías; esa silla me costó un ojo de la cara. Sabes, me gusta esto de estar sentada frente a ti sabiendo que no puedes responderme... tu tono de voz me daba ganas de matarte. Tu simple presencia para serte sincera. Pero ahora no, ahora estoy muy cómoda aquí, arrumbada en el sillón sin hacer más que hablarte. Si vieras tus ojos en este momento, pareces a punto de llorar. Tengo la impresión de que me puedes escuchar, o que estás arrepentido de lo que me hiciste. Pero han de ser sólo suposiciones. ¿Lloras? Limpiaría tus lágrimas pero la verdad es que me da flojera levantarme. Además, tú solías hacer lo mismo conmigo; abandonarme en mi cuarto con lágrimas y moretones. Pero ahora tengo el gusto de verte llorar a ti... humillado. Te veo inmóvil y me satisface enormemente. ¡Carajo! Déjame ir por la puta cubeta. ¿Dónde la había dejado? Ah, aquí está.
Ten, deja caer tu vómito aquí. Procura no ahogarte, todavía no ha sido suficiente tiempo. Jejeje, es chistoso ver como vomita alguien sin moverse. ¿Ya fue todo? Deja limpiar este desastre. Tanto que me hiciste sufrir antes y mírame, limpiando tu vómito del piso. La vida da tantas vueltas ¿no? Bueno, la verdad es que ahora eres algo así como mi responsabilidad. Por lo menos la responsabilidad de mis actos. Pero no te preocupes, no me molesta desperdiciar parte de mi vida y mi juventud en ti, lo prometo. Es más, me satisface verte muerto en vida. Verte morir lenta y dolo- ¡Mierda! ¡Hijo de puta, me vomitaste toda! Voy por un trapo. Si vomitas, vomita en la pinche cubeta, no en mi. Pendejo. ¿Sabes que? Creo que vomitaste sobre mi a propósito, creo que me estuviste escuchando y que esperaste que estuviera cerca para hacerlo... bueno, serán suposiciones otra vez ¿no?. Deja te limpio la boca... ¿Qué fue eso? ¿Te moviste? Pero si el doctor dijo que no te volverías a mover... ¡No!, no lo hagas, no te muevas ¡No te muevas! ¡Te estoy diciendo que no te muevas! Yo- yo no quiero que te muevas... yo te quiero aquí, junto a mi... conmigo. Tú ya sabes que si un día te levantas de esta silla, o si ya no necesitas que te de en la boca las pastillas, tú sabes que si te levantas y me dejas te vuelvo a aventar por la colina. Por que mi vida de mártir, padre, mi vida de mártir no me la quitas.

No hay comentarios: