martes, 26 de mayo de 2009

Sala de ensayos

Un textito viejo que me encontré mientras limpiaba de mugres mi compu:


“¿Y por qué no me das un te quiero?” Y ella se acerca, y cierra los ojos, y los abre, y ella le dice “te quiero”, y sonríe con la cabeza inclinada hacia un lado, y da un paso hacia atrás, y da una vuelta y le ofrece la mano. Y ella lo abraza, y a él se le va el mundo en ese abrazo; y él recarga su mejilla en la de ella y ella se separa y lo voltea a ver. Y él sonríe, y a ella le encanta que sonría. Y él, con toda su ternura, le habla al oído y luego desliza su mejilla hacia atrás, y busca la boca de ella, pero ella la aleja, y él vuelve a intentar, y se encuentran, y la mano de él en la cintura de ella, y los dedos de ella entre el cabello de él, y la mano en un pecho, y la ropa en el piso, y el “no me sueltes”, y los “ven”, y ella boca arriba, y la caricias de las piernas, y “mírame a los ojos”, y “muérdeme el cuello”, y las uñas en la espalda, y el sudor, y los labios, y los últimos espasmos , y ella que se levanta y empieza a tocar el violín.

2 comentarios:

Reiben dijo...

Violines en mi tejado. Sin violinistas. No es lo mismo que la película. Están ahí solos. Vinieron en un ciclón. Y no puedo subir al tejado. Y no puedo tocarlos para después tocarlos.

mélie. dijo...

Y me encantan los textos con muchas "y's".