jueves, 22 de enero de 2009
Corriente de pensamiento
De cuando en cuando me maltripeo y me quedo pensando las cosas más idiotas. Pues bueno, la madrugada pasada estuve pensando en los Estados Generales franceses (rápida contextualización de mi corriente de pensamiento: derrepente me dio por pensar en la democracia, y de pensar en eso, pasé, obviamente, a pensar en la democracia ateniense -que era chida porque más bien era una suerte de meritocracia, y yo, con mis conocimientos de siglo XXI, seguramente hubiera sido un rey más chido que Pericles... aunque me harían menos estatuas porque estoy de un tiempo para acá he estado echando panza y, aceptémoslo, no sería un gran placer para Fidias o Policleto-; de ahí pasé a pensar en los cantones suizos, y pensé que estaban muy chidos en la democracia y la madre, pero no puedo dejar de pensar en pollo en la cantonesa y, como a mí me caga la comida china, me dio por pensar en otra cosa. De ahí pasé a Francia -que está a ladito de Suiza- y como seguía con la onda de la democracia, pues pensé en eso de los Estados Generales... ustedes saben, esa reunión que hacían de cuando en cuando en donde se juntaban los tres estados: nobleza, clero y pueblo llano. Y pensé en el tercer estado, es decir, en el vil populacho, y me imaginé la sala en la que se reunían, y visualizé un chingo de asientos en los que se sentaban los representantes de cada profesión y oficio. Y yo -esto es algo que no sabían- que siempre he querido ser cerrajero, me imaginé que era tan pero tan chingón como cerrajero, que me dirian los del gremio (con acento afjancesadito) "Ve tú, Béto, a jepjesentájnos en lá asambleá" y yo les diría que órale, que va. [Si pudiera viajar en el tiempo, me llevaría una caja de plumas Bic y las vendería, y serían tan cabronas y tan nuevas que ahorraré suficiente dinero como para comprarme un ducado. Y si alguna vez tengo ganas de ser rey de Dinamarca o de Navarra, nomás me pongo a vender encenedores a diez leguas cuadradas la pieza... Sí, bueno, sé que no tiene nada que ver, pero me se ocurrió ahorita] Y así me imaginé como representante de los cerrajeros) Y luego, pensé como en los asientos, y en el agüite que sería estar sentado junto al curtidor, que seguramente sería el lugar más chafa de la sala, y así el cuento que está abajo y que se llama "Los Estados Generales"
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