Creo que me despierto antes que tú, con una rica sensación a tibio. Creo que también te escucho roncar y me causa gracia. Creo que inclusive te miro durmiendo y me das ternura. Luego me levanto, voy al baño, me miro en el espejo y me gusta cómo me queda la camiseta de la pijama. Los pantalones me los quité en la cama: nunca duermo con pantalones puestos. Te lo dije y no te importó. No soporto las cosas que me aprietan en la panza. No soporto las cosas que aprietan en general.
Camino descalza por tu cuarto y busco con los ojos el oso tarahumara. Pero es que hay muchas cosas y no lo descubro en seguida. Entonces me doy vuelta despacito mirando en cada rincón y de repente te veo sonriente y despierto. Me estabas mirando. Quizás estabas despierto desde el principio. Quizás te despertaste mucho antes que yo.
El osito me mira desde un estante, nos mira. Y su mirada es un poco menos triste.
Camino descalza por tu cuarto y busco con los ojos el oso tarahumara. Pero es que hay muchas cosas y no lo descubro en seguida. Entonces me doy vuelta despacito mirando en cada rincón y de repente te veo sonriente y despierto. Me estabas mirando. Quizás estabas despierto desde el principio. Quizás te despertaste mucho antes que yo.
El osito me mira desde un estante, nos mira. Y su mirada es un poco menos triste.
(Silvia Favaretto)
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