Yo iba en tercero de Kinder. Ese día mi profesora no había ido, así que decidieron juntar a la clase del grupo A con la del grupo B. Nos odiábamos: los del A eran los Asnos, y los del B éramos los Burros. Supongo que no teníamos mucho vocabulario, o que conocíamos muy pocos animales.
Por alguna extraña razón, ese día nos habían dado un globo naranja a todos. Un globo común y corriente, pero naranja. Desde entonces era distraído y siempre me entero de las cosas a la mitad, por eso medio entendí que teníamos que llevar el globo al día siguiente. Cuando llegué a la casa, le enseñé mi globo a mi tío Mau. Él tomó una regla y me dijo que me alejara, que me lo iba a pasar. El globo estalló al contacto con la regla. A mi tío le dio risa y yo me puse a llorar. Le expliqué que lo tenía que llevar a la escuela al día siguiente y que era mi tarea y que él la acababa de romper. Lloré un buen rato, y mi tío se sintió muy apenado conmigo. Como a las dos horas, cuando llegó mi madre del trabajo para comer, un globo anaranjado y enorme la acompañaba. No se lo quise prestar a mi tío.
Al día siguiente llegué con mi globo a la escuela.
Yo era el único que lo llevaba.
Lo troné yo mismo.
2 comentarios:
Asi te puedo reconstruir en la ahusencia.
Me gusto muchisisimo =)
Aquí ya somos muchos anónimos, chingado.
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